domingo, 1 de diciembre de 2013

TEMA 12 FISIOLOGÍA: FUNCIONES DE LAS VÍAS URINARIAS.

Hoy vamos a hablar de las funciones de las vías urinarias y de como se elimina la orina.


TEMA 12: FUNCIONES DE LAS VÍAS URINARIAS. ELIMINACIÓN DE ORINA

La formación de orina es continua, esta orina pasa desde la pelvis renal a la vejiga a través de los uréteres, estos uréteres presentan musculatura lisa, dispuesta en haces y la orina es llevada mediante contracciones peristálticas. Estas contracciones ocurren de una a cinco veces por minuto. La orina así transportada llega a la vejiga, donde penetra con cada contracción y a pesar de que en los uréteres no existen esfínteres uretrales, los uréteres tienden a mantenerse cerrados excepto durante cada onda peristáltica. De este modo, no hay reflujo de orina desde la vejiga hasta los uréteres. La vejiga posee también músculo liso dispuesto en haces espirales, circulares y longitudinales y este músculo se llama detrusor. Las contracciones de éste van a ser la causa principal del vaciamiento de la vejiga durante la micción. La vejiga presenta dos esfínteres que es el esfínter uretral interno y el esfínter uretral externo que ya está situado en la uretra.

La uretra es el conducto de evacuación que conecta la vejiga con el exterior.

A medida que la orina va penetrando en la vejiga la presión en esta vejiga sufre un incremento, pero por ser músculo liso, la presión vuelve prácticamente a su punto primitivo, hasta que llega un momento en que debido al volumen de orina acumulado, la presión interna de la vejiga se dispara y sufre un incremento muy rápido, con lo que sufrimos contracciones de tipo doloroso y tiene lugar la micción.

Este es un acto involuntario en niños y en ciertas enfermedades, pero en adultos se inicia voluntariamente porque en la vejiga existen unos receptores de distensión que a través de unos nervios llevan los estímulos a la médula y de ahí a centros nerviosos superiores. Por lo tanto nosotros mediante el aprendizaje podemos actuar a nivel central para que los esfínteres permanezcan cerrados.

Cuando la vejiga se va llenando aparecen muchas contracciones miccionales dolorosas, estas contracciones son producidas por el reflejo de distensión iniciado en los receptores sensitivos de distensión que existen en la pared vesical. Estas señales generadas en estos receptores llegan a los segmentos sacros de la médula a través de los nervios pelvianos y vuelven de forma refleja a la vejiga a través de nervios parasimpáticos.

Si la vejiga está parcialmente llena estas contracciones miccionales se relajan espontáneamente y por lo tanto el músculo detrusor deja de contraerse, pero a medida que la vejiga se va llenando estos reflejos se vuelven más frecuentes y provocan contracciones cada vez de mayor intensidad. Una vez desencadenado el reflejo de la micción este reflejo es autogenerado, es decir, cada vez es más intenso, pero este reflejo autogenerado se fatiga, por lo tanto se termina el ciclo y la vejiga se relaja, pero la vejiga se sigue llenando y cuando el reflejo de la micción alcanza una potencia suficiente se provoca otro reflejo que va por los nervios al esfínter externo al que inhibe, en los niños es este momento se produce  la micción pero en los adultos si esta inhibición es más potente en el encéfalo que las señales voluntarias de contracción del esfínter se produciría la micción, pero si las señales voluntarias de contracción del esfínter son más potentes, podemos controlar el reflejo de inhibición y la micción no se produce. Este reflejo de la micción puede ser inhibido o facilitado por centros encefálicos y así estos centros lo que hacen es;

  1. Mantener inhibido parcialmente el reflejo de la micción salvo que deseemos realizarlo.
  2. Estos centros encefálicos pueden evitar la micción incluso en presencia del reflejo manteniendo el esfínter uretral externo contraído.
  3. Cuando consideramos que es el momento adecuado estos centros facilitan la micción.
Por lo tanto durante la micción voluntaria se produce lo siguiente;
Contraemos voluntariamente los músculos abdominales y de este modo penetra en nuestra vejiga una nueva cantidad de orina. Esto estimula a los receptores y por lo tanto se excita el reflejo miccional y al mismo tiempo se inhibe el esfínter uretral externo y la orina sale.
Por lo tanto la micción voluntaria la situamos simplemente en una capacidad aprendida para mantener el esfínter externo en estado de contracción y por consiguiente la micción voluntaria es la capacidad que poseemos los adultos para retrasar la evacuación de orina de la vejiga hasta que se presente la oportunidad para hacerlo. Después de la micción de la orina, la uretra femenina se vacía por gravedad y la uretra masculina se vacía mediante contracciones del músculo vulvo – uretral.

Existe una curva que se llama cistometograma que relaciona presión intravesical con volumen urinario. Este cistometograma se ve una relación entre la presión y el volumen. Esta presión es prácticamente constante hasta un determinado volumen (400 ml) que es cuando se disparan los reflejos y al mismo tiempo nos dice que las contracciones dolorosas empiecen en este volumen y que cada vez se hacen más intensas.


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