jueves, 28 de noviembre de 2013

TEMA 8 FISIOLOGÍA: INMUNIDAD

Hoy hablaremos de la inmunidad. explicaremos que hay dos tipos de inmunidad, hablaremos de los antígenos y anticuerpo y para finalizar explicaremos el sistema HLA.

TEMA 8: INMUNIDAD
El organismo se enfrenta continuamente con factores internos y externos que pueden causarle daño. Las radiaciones, los microorganismos, sustancias extrañas, actividad metabólica normal… pueden causar problemas para ese organismo, por lo cual deben de ser destoxificadas o eliminadas antes de que alcancen niveles críticos.

La capacidad total de defensa está constituida por los diversos mecanismos de los que se vale un organismo para protegerse. En líneas generales esto se conoce con el nombre de inmunidad.

Dentro de la inmunidad podemos considerar dos tipos;
  • Inmunidad innata, natural, nativa o resistencia.
  • Inmunidad adquirida o adaptativa.
INMUNIDAD INNATA
La inmunidad innata resulta de procesos generales más que de procesos dirigidos contra un organismo patológico específico. Por lo tanto es la inmunidad con la que nacemos. En este tipo de inmunidad podemos incluir los siguientes;
    1. Fagocitosis de bacterias y otros invasores por glóbulos blancos de la sangre y células en general del sistema retículo-endotelial.
    2. Podemos incluir también en este tipo de inmunidad la destrucción por medio de secreciones (ácido del estómago y enzimas digestivos de todos los microorganismos que entran en nuestro organismo con la comida).
    3. La resistencia de la piel a la invasión de gérmenes y radiaciones.
    4. Presencia en nuestra sangre de una serie de compuestos que se unen a organismos extraños o toxinas y las destruyen. Algunos de estos compuestos son:
§  Lisozima; es un polisacárido mucolítico que se une a bacterias y las destruye.
§  Polipéptidos básicos; que tienen la misión de interaccionar con bacterias e inactivarlas.
§  Complejo del complemento que son una serie de sustancias que están en nuestra sangre de forma inactiva y que cuando se activa se unen y destruyen bacterias.
§  Linfocitos naturales asesinos (NK) que reconocen y destruyen células extrañas.

El organismo como primera barrera tiene la piel, que es el órgano más grande de nuestro cuerpo, ya que representa el 7% del peso corporal y tiene un área de 1,75 m2 en un adulto promedio.

La piel es una barrera mecánica que no sólo impide el paso de microorganismos al interior, sino que  evita la salida de constituyentes esenciales para el organismo. La base de protección contra la entrada de organismos reside en los estratos superficiales queratinizados de la piel y además en una película superficial que cubre nuestra piel.

En la piel, en la unión de estratos queratinizados y no queratinizados existe una doble capa eléctrica formada por iones H+ externamente y por iones OH- internamente. Esta barrera limita el paso de sustancias cargadas a su través en ambas direcciones.

En nuestra piel tenemos a los melanocitos que son células de la piel con pigmentos y que por lo tanto tienen la capacidad de absorber radiaciones solares.

En los oídos tenemos el cerumen que es una sustancia cerosa de color pardo que segregan las glándulas del oído externo y que por su constitución se opone al crecimiento de organismos en esa zona y, además, tiene un sabor amargo que repele a los insectos.

En los ojos tenemos las lágrimas que contienen lisozima y que actúa como enzima bacterioestática y por lo tanto protege a la superficie anterior del glóbulo ocular.

Todos los órganos internos de nuestro cuerpo, pero que desembocan en la superficie corporal presentan membranas mucosas y el moco producido por estas membranas trata de atrapar y eliminar a las sustancias dañinas.

Además, en la boca tenemos la saliva, que tiene un pH entre ácido y neutro (de 6,8 – 7,1) que también retarda el crecimiento de microorganismos.

En el estómago tenemos HCl que es un agente bacteriolítico muy efectivo.

En la vagina tenemos unas células ricas en glucógeno que es degradado por la flora vaginal normal a ácidos orgánicos, por lo que en esta zona existe un pH ácido (aproximadamente 5) que retarda el crecimiento de microorganismos.

Nuestra orina también es ácida y antibacteriana e impide el crecimiento de microorganismos.

El riñón tiene capacidad para excretar materiales tóxicos, producidos en el metabolismo, y por lo tanto es un medio de protección frente a la acumulación de toxinas.

Nuestro hígado tiene capacidad para destoxificar sustancias producidas por el organismo o ingeridas. A nivel del hígado existen grandes macrófagos, lo que es una protección adicional frente a sustancias químicas y microorganismos.

En la sangre existen numerosas células fagocíticas que constituyen la línea final de defensa contra microorganismos.

Si a pesar de todo esto, algún agente penetra en la piel o en una membrana mucosa, el área de alrededor del punto de penetración presenta una serie de características que son parte de una respuesta que es la respuesta inflamatoria o reacción inflamatoria, que tiene un doble objetivo:
  • Destruir o neutralizar al agente responsable de la reacción.
  • Facilitar la reparación de la lesión, porque va encadenada con la cicatrización.

Antígenos y Anticuerpos
Antígeno es una gran molécula de peso 10.000 o superior y que puede ser una bacteria, una célula de un tejido, parte de un virus, un virus, una célula de nuestro organismo que debido a cambios químicos adquiere carácter antigénico…

Puede ser un polisacárido, ácido nucleico, proteína o combinación de estas sustancias. Su forma es muy variada y siempre compleja, con una característica, en algún lugar de su superficie tienen una secuencia de moléculas (si es una proteína está formado por entre 3 y 10 aminoácidos) que constituyen el determinante antigénico o epítope y éste es el lugar que reconoce el anticuerpo y por lo tanto el lugar que desencadena la reacción antígeno – anticuerpo.

Anticuerpo es una proteína del tipo inmunoglobulina o gammaglobulina, de peso molecular de entre 150.000 y 900.000 y que son producidos por células plasmáticas cuando existe el estímulo de un antígeno.
Todo anticuerpo está formado por cuatro cadenas polipeptídicas:
  • Dos cadenas ligeras idénticas entre sí.
  • Dos cadenas pesadas idénticas entre sí.
Estas cadenas se unen mediante puentes disulfuro y las cadenas ligeras están formadas aproximadamente por 214 aminoácidos y las pesadas por aproximadamente el doble.

Todo anticuerpo tiene en su estructura una secuencia de aminoácidos idéntica, que es lo que se llama porción o región constante, pero presentan también una zona en donde la secuencia de aminoácidos depende de cada anticuerpo (es variable) y esto constituye la región o porción variable. La región variable presenta una secuencia de aminoácidos diferente para cada anticuerpo, y en la punta de esta región variable existe un lugar de combinación que les permite reconocer al epítope del antígeno que originó su formación y que además hace que el anticuerpo se adhiera al antígeno que posee este epítope.

Esta zona se conoce como zona de unión antigénica y una vez, que el anticuerpo se une con su antígeno correspondiente se produce la reacción antígeno – anticuerpo correspondiente. Esta reacción puede ser variada, pero mediante ella el anticuerpo puede inactivar al antígeno. Esta reacción puede ser de las siguientes formas;
  • Mediante neutralización; consiste en que la unión antígeno-anticuerpo elimina el efecto antigénico.
  • Precipitación; mediante la unión antígeno-anticuerpo se forma un agregado que precipita y que luego va a ser fagocitado.
  • Reacción de aglutinación; consiste en que diversas células se agrupan y forman una masa que impide el avance de este antígeno.
  • Reacción de lisis; al unirse el anticuerpo al antígeno, éste se rompe.
Normalmente las acciones directas de los anticuerpos sobre los antígenos no son lo bastante potentes para destruir a ese antígeno y por lo tanto la protección de nuestro organismo en muchos casos depende del efecto amplificador de un sistema que llamamos sistema del complemento.

Sistema del Complemento
En nuestra sangre en condiciones normales existen una serie de factores séricos que en su conjunto denominamos complemento. El sistema de complemento está formado por once proteínas que están presentes en nuestra sangre de forma inactiva, pero que cuando se activan desarrollan una actividad enzimática que provoca la formación de grandes poros en la pared de la célula antigénica y a través de estos poros pasa el agua e iones al interior celular, debido a lo cual, la célula se pone turgente, se hincha y se rompe.

El sistema de complemento se activa por dos vías:
  • Vía de la properdina; es una vía por la cual se activa el sistema de complemento sin que exista un anticuerpo señalador.
  • Vía clásica; en esta vía es necesario que exista un anticuerpo y este anticuerpo de la serie IgM (?) o IgG se une al antígeno, pero este anticuerpo tiene también en su estructura un sitio de unió a uno de los factores del complemento que es el C1, al unirse este C1 con el antígeno y el anticuerpo, se activa y se convierte en C1 activado (C1). Éste desencadena una reacción en cascada en las que se va activando el resto de factores hasta que se forma una enzima que es la C5b6789 que es la que provoca la lisis de la célula antigénica.
En esta reacción en cascada se producen otras sustancias activas, algunas de las cuales provocan la opsonización de las bacterias, la activación de mastocitos y basófilos y la quimiotaxis de todos los leucocitos.
La teoría selectiva es la teoría aceptada sobre la formación de anticuerpos; dice que la capacidad para sintetizar diferentes anticuerpos está presente en el aparato genético de cada individuo y que el contacto con un antígeno desencadena la producción de ese anticuerpo específico.

Interferón
Es un agente antiviral no específico que proporciona protección adicional frente a infecciones virales y que es producido por células inducidas por el virus. Es una sustancia que tiene como función impedir la síntesis de nuevas partículas virales y protege a las células no dañadas por el virus. Por ser una sustancia producida por células cuando éstas entran en contacto con el virus, el interferón se va produciendo en las primeras etapas de la vida del individuo, de ahí que sean más frecuentes las infecciones virales cuanto más joven es un individuo.

Factor de transferencia
Es una sustancia similar a los anticuerpos, pero con un peso molecular inferior a 10.000 y que ha podido ser aislado en glóbulos blancos de una persona que había adquirido resistencia frente a una enfermedad particular y se ha visto que si esta sustancia se la suministrábamos a otro individuo víctima de esa misma enfermedad se lograba una importante mejoría. Por lo tanto es una sustancia efectiva frente a ciertas enfermedades.

Reacción alérgica
Es una reacción antígeno-anticuerpo, pero incompleta o anormal, frente a un determinado antígeno que en este caso recibe el nombre de alergeno. Casi siempre las alergias son crónicas y tienen una base hereditaria. Se suele asociar a la alergia un tipo de reacción que provoca daño tisular y liberación de histamina, de tal modo que muchos de los síntomas alérgicos son atribuidos a la histamina, de ahí que el uso de antihistamínicos va a permitir el alivio de los síntomas alérgicos, aunque no la curación. Hay muchos tipos de alergia.

INMUNIDAD ADQUIRIDA
Nuestro organismo tiene capacidad para desarrollar una inmunidad poderosa y específica frente a un agente invasor concreto cuando este agente ha pasado todas las barreras de la inmunidad natural.
Este tipo de inmunidad específica y poderosa es lo que se llama inmunidad adquirida y existen dos tipos básicos en nuestro organismo:
  • Inmunidad humoral; en ella nuestro organismo produce anticuerpos circulantes.
  • Inmunidad celular o mediada por células; el organismo produce un gran número de linfocitos activados.
La inmunidad adquirida es producto del tejido linfoide y dentro del tejido linfático se encuentra localizado en los ganglios linfáticos, pero también se encuentra en el bazo, en la médula ósea y en el tejido submucoso del tracto digestivo. Está localización es la más ventajosa para nuestro organismo.

Existen dos tipos de linfocitos;
¾    Un tipo que participa en la inmunidad celular.
¾    Un tipo que participa en la inmunidad humoral.

Estas dos grandes poblaciones de linfocitos reciben el nombre de linfocitos T y linfocitos B.
Una de las poblaciones produce anticuerpos y la otra produce linfocitos activados, pero ambos tipos desde el punto de vista embriológico se derivan de la célula madre hematopoyética que es pluripotencial, después se propaga y diferencia para ser linfocitos. Éstos terminan en el tejido linfoide, antes de pasar al tejido linfoide se diferencian en el timo los T y en un lugar no conocido del organismo, posiblemente en la médula ósea o en el hígado los B.

Los linfocitos T son los responsables de la inmunidad celular, los B de la humoral.

La respuesta inmunitaria se produce en dos tiempos, ya que tenemos respuesta primaria y secundaria.

La primaria se produce en nuestro organismo cuando un antígeno particular llega por primera vez. Tarda un cierto tiempo en aparecer, alcanza un máximo y luego desaparece.

La respuesta secundaria es la que presenta nuestro organismo cuando ese antígeno vuelve a penetrar, ésta es muy temprana, alcanza un máximo y además es duradera. La vacunación se basa en este tipo de respuesta, ya que la vacunación es el método para inducir inmunidad frente a ciertas enfermedades sin haber padecido antes esa enfermedad. Durante la vacunación lo que hacemos es situar a nuestro organismo en respuesta secundaria. Los métodos utilizados para la vacunación son:
¾    Uso de organismos vivos pero atenuados, es decir, organismos que tienen carácter antigénico y que son capaces de originar la producción de anticuerpos pero no causan la enfermedad (ejemplos; la vacuna del sarampión y la polio).
¾    Utilización de organismos muertos que no causan la enfermedad pero sí inducen a la producción de anticuerpos (fiebres tifoideas y polio).
¾    Uso de organismos similares a los que causan la enfermedad, por lo tanto provocan la producción de anticuerpos pero no la enfermedad (viruela).
¾    La utilización de toxoides o toxinas a las cuales en el laboratorio se le ha quitado el carácter tóxico pero no la capacidad de formar anticuerpos (tétanos y difteria).

Desarrollo de la respuesta inmune de las células T y las células B
Cuando una célula T responde formando una molécula de sustancia específica que es una citocina denominada en este caso linfocina y esta molécula ayuda a inactivar al antígeno, pero además ayuda a convertir el linfocito B en células plasmáticas circulantes, que van a elaborar anticuerpos específicos frente a ese antígeno, del mismo modo, el linfocito B puede ser activado por células T activada y también por el propio antígeno. De esto podemos concluir que en la inmunidad celular se producen linfocitos sensibilizados derivados de los linfocitos T que tienen moléculas semejantes a los anticuerpos en sus superficies y que en la inmunidad humoral se producen y se liberan anticuerpos que son producidos por células plasmáticas originadas a partir de los linfocitos B.

Linfocitos T
  • Células T de memoria: son responsables de la respuesta rápida que se produce frente a la segunda exposición de un antígeno.
  • Células T citotóxica, también llamadas células asesinas o células T8; son células de ataque directo, que es capaz de matar microorganismos, células transplantadas e incluso algunas células propias. Esto lo realizan mediante la rotura celular debida a la captación iónica o por la introducción de una toxina en esa célula.
  • Células T colaboradoras también llamadas inductoras, auxiliares o células T4; ayudan al sistema inmunitario de varias maneras:
¾    Aumentan la activación de las células B, de las células T citotóxicas y de las células T supresoras.
¾    Estimulan la actividad de otras células T y de otras células B, porque segregan linfocina que aumenta la actividad de ambas.
¾    Activan el sistema de macrófagos que van a fagocitar al antígeno.
  • Células T supresoras o reguladoras; son capaces de suprimir las funciones de las citotóxicas, de las colaboradoras y de las células plasmáticas. Por lo tanto regulan las funciones de estas células, y de hecho que su déficit puede causar algunas de las enfermedades autoinmunes.
Linfocitos B
  • Células B de memoria; son responsables de la respuesta secundaria.
  • Colonias de células B; que se van a convertir en células plasmáticas que segregan anticuerpos.
Estas respuestas son activas, puesto que es el propio organismo el que desarrolla anticuerpos especializados para cada antígeno.

Hay otro tipo de inmunidad, que es una inmunidad pasiva y que por lo tanto tiene lugar sin introducir ningún antígeno en ese organismo, este tipo de inmunidad es una inmunidad temporal y se logra mediante la infusión en ese organismo de anticuerpos, de células T activadas o de ambos, debido a que el organismo no tiene contacto con el antígeno no va a reconocer a ese antígeno y por lo tanto no va a formar sus propios anticuerpos.

Esta inmunidad es temporal, ya que sólo confiere inmunidad durante el periodo de tiempo en que el anticuerpo o la célula T que hemos introducido permanezcan funcional en ese organismo.
Sistema HLA

El sistema HLA presenta un doble interés;
  • Es muy polimórfico genéticamente.
  • Controla multitud de funciones biológicas.
Presenta 6 locis que están situados en el cromosoma número 6, que denominamos A, B, C y DP, DQ y DR. Estos 6 locis están separados de 3 en 3 por los locis que controlan el sistema del complemento.

Cada uno de estos locis presenta numerosos alelos y debido a esto podemos encontrar gran número de fenotipos.

Es un sistema de antígenos que se encuentran en todas las células de nuestro organismo y que controlan la respuesta inmune y la histocompatibilidad. Por lo tanto las moléculas de este sistema son una serie de estructuras antigénicas que diferencian a los miembros de una misma especie.

Algunos de los haplotipos de este sistema están asociados a determinadas enfermedades. De hecho, se ha visto la asociación de un determinado haplotipo de este sistema con la diabetes mellitius y otro haplotipo la esclerosis múltiple.

Este sistema lo podemos estudiar mediante tres técnicas;
  • Leucoaglutinación.
  • Linfocitotoxicidad.
  • Fijación del complemento.

Uno de los métodos utilizados en la actualidad para prolongar la vida de un individuo consiste en la sustitución de un tejido u órgano por otro tejido u órgano de otro individuo o de un animal. El principal obstáculo se encuentra en la naturaleza antigénica del tejido transplantado. Todos los sucesos que ocurren después de la introducción en el organismo de un tejido, célula u órgano no propio constituye el fenómeno del rechazo. Este fenómeno suele terminar con la destrucción del tejido, órgano o célula introducido.

El fenómeno del rechazo es un mecanismo que posee nuestro organismo para evitar el parasitismo y la diseminación de una enfermedad maligna. Se basa en la naturaleza antigénica que presenta toda célula no propia. Esta naturaleza antigénica está controlada por el sistema HLA.

En la actualidad existen métodos para reducir la naturaleza antigénica del tejido transplantado o para reducir la respuesta inmune del receptor. De ahí que a toda persona transplantada se le trata con inmunosupresores.

El transplante de tejidos lo podemos clasificar en 4 tipos:
¾    Autoinjerto; tejido autógeno, el receptor y el donador son el mismo individuo.
¾    Injerto singénico; tejido singénico o congénico, idéntico, pero entre individuos diferentes.
¾    Injerto alogénico; tejido alogénico, diferentes, pero entre individuos de la misma especie.
¾    Xeroinjerto; tejido xerogénico (?), diferentes individuos de distintas especies.

Autoinmunidad e Inmunodeficiencia

Autoinmunidad; producción de anticuerpos y la reacción siguiente de estos anticuerpos con un componente del propio organismo que actúa como antígeno. Existen 4 tipos de trastornos autoinmunes:
¾    Monoclonal: sólo un tipo de célula adquiere carácter antigénico.
¾    Infiltrativo; consiste en un órgano específico que va a ser invadido por células T, por células B o por ambas y ocurre la reacción antígeno-anticuerpo con la destrucción del órgano.
¾    Trastorno autoinmune que incluye una anormalidad profunda del sistema inmunológico. Las células T, las células B o ambas son anormales y reaccionan con toda célula de ese organismo.
¾    Una combinación de los 3 tipos anteriores.

Todo proceso autoinmune provoca la destrucción de estructuras corporales esenciales. Los resultados de un trastorno autoinmune siempre son tóxicos y en muchos casos fatales.

Inmunodeficiencia; deficiencia genética o inducida por fármacos en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Las causas son dos
¾    Las células T o las células B son anormales y por lo tanto no realizan sus funciones adecuadamente.
¾    Las inmunoglobulinas son anormales o no están presentes debido a mutaciones en nuestro sistema genético.


Dentro de las inmunodeficiencias tenemos el SIDA que es una enfermedad causada por la destrucción de los linfocitos T4 y por lo tanto, al ser destruidas estas células T4 por el VIH no se van a producir anticuerpos, células T sensibilizadas… y por lo tanto el individuo pasa a ser muy vulnerable a infecciones, al cáncer…

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