Jajaaaa......nosotras estamos ya un poco agobiadillas, por aquellos de estar de prácticas y no tener tiempo de nada!!!
Aún así hemos sacado momentitos para poder compartir con vosotros información para que os sea más llevadero lo de hacer apuntes y poneros a estudiar.
Así que vamos a seguir con los temas......hoy toca: CONSTANTES VITALES.
Se trata de un tema MUYYY importante, ya que la valoración inicial de la víctima será clave a la hora de aumentar las posibilidades de vida de la persona. Trataremos temas como: temperatura, respiración, pulso, tensión arterial y presión venosa central.
Como habéis podido comprobar.......fundamentos de la enfermería os persigue!!! jajaaa así le sacaréis más partido a todas esas prácticas que os parecieron un "poco" aburridillas!!!!
Bueno, como lo estáis deseando con todo vuestro corazón.......allá vamos!!! :)))
Constantes Vitales: exploración inicial de la víctima
Las constantes o signos vitales son un conjunto de parámetros que nos indican el estado de la víctima. Dichos parámetros son: temperatura, respiración, pulso, tensión arterial y presión venosa central.
En condiciones normales, cada una de las constantes se mantiene dentro de un rango de valores que se consideran normales. Sin embargo, estos valores pueden modificarse debido a una serie de factores:
- Fisiológicos: edad, sexo, peso, ejercicio físico, etc.
- Ambientales: temperatura, altitud, etc.
- Psicológicos: carácter, estado emocional, etc.
- Patológicos: hemorragias, infecciones, etc.
Una alteración o una ausencia de constantes suponen una emergencia o urgencia médica.
A) Respiración
Es el proceso mediante el cual el organismo introduce oxígeno en los pulmones (inspiración) y libera dióxido de carbono al exterior (espiración). Por lo tanto, se produce un intercambio de gases.
Características:
La respiración consta de dos fases mecánicas:
- INSPIRACIÓN: es la fase durante la cual el tórax se expande debido a la entrada de aire en el organismo.
- ESPIRACIÓN: consiste en la relajación de los músculos del tórax debido a la expulsión de aire al exterior.
Al medir la respiración e una víctima debemos valorar su frecuencia, ritmo, profundidad y simetría.
- Frecuencia: es el número de respiraciones por minuto (rpm). Su valor va disminuyendo desde el recién nacido (30-40 rpm) al adulto (12-18 rpm).
- Ritmo: es la sucesión o regularidad de los movimientos inspiratorios y espiratorios. En condiciones normales no existe pausa entre unos y otros.
- Profundidad: cantidad de aire que entra y sale de los pulmones con los movimientos inspiratorios y espiratorios (aprox. 500 cm3).
- Simetría: es la similitud de trabajo entre ambos pulmones.
Alteraciones más frecuentes:
- APNEA: cese de la respiración.
- TAQUIPNEA: aceleración del ritmo respiratorio (entre 20 y 24 rpm).
- BRADIPNEA: disminución de la frecuencia respiratoria (menos de 10 rpm).
- DISNEA: dificultad respiratoria por un déficit de aporte de oxígeno
Protocolo de medición:
- Procederemos a medir las respiraciones a la vez que tomamos el pulso, pero sin avisar a la víctima de lo que vamos a hacer ya que podríamos alterar la frecuencia.
- Cogeremos la muñeca de la víctima como si fuésemos a medirle el pulso y observamos el ascenso y descenso del tórax (se contará como una respiración).
- En el caso en el que la respiración sea irregular, doblaremos el brazo de la víctima sobre su pecho para sentir mejor la respiración.
B) Pulso arterial
Se define como el latido que apreciamos al comprimir las arterias contra una superficie ósea. Refleja las características de la contracción cardíaca.
Características:
Cuando la sangre es bombeada por el corazón, las arterias se dilatan y aumentan de tamaño. Entre un latido cardíaco y otro las arterias se contraen y recuperan su tamaño normal.
Hay tantas pulsaciones como contracciones cardíacas.
Al medir el pulso en un paciente debemos valorar: la frecuencia, el ritmo y la tensión o intensidad del mismo.
- La frecuencia es el número de pulsaciones por minuto (ppm). Es el reflejo de la frecuencia cardiaca y sus valores normales (normocardia) en el adulto son de 60-80ppm. Debemos tener en cuenta que el número de pulsaciones por minuto va disminuyendo con la edad, siendo en bebés de 130-140ppm y en ancianos 60ppm o menos.
- El ritmo es la cadencia con la cual una pulsación sigue a la otra. En condiciones normales las pulsaciones son regulares ya que se suceden a intervalos iguales.
- La tensión es la fuerza de la sangre en cada latido. En condiciones normales, el pulso se nota lleno y palpitante, mientras que si se comprime fácilmente con los dedos será débil.
Alteraciones más frecuentes
En condiciones normales, las pulsaciones por minuto varían en relación a diversos factores, como son el estado emocional, el ejercicio y la hipertermia, que las aumentan, o la edad, que las disminuye.
Se pueden apreciar las siguientes alteraciones:
En condiciones normales, las pulsaciones por minuto varían en relación a diversos factores, como son el estado emocional, el ejercicio y la hipertermia, que las aumentan, o la edad, que las disminuye.
Se pueden apreciar las siguientes alteraciones:
Se deben medir en las carótidas, encargadas de llevar la sangre al cerebro. Se realiza en dos pasos:
- Localizar el latido, ejerciendo presión con los dedos índices y corazón, nunca con el pulgar, ya que tiene pulso propio.
- Contar el número de latidos durante un minuto.
C) Tensión arterial
La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Se representa bajo las siglas TA.
Cuando se toma la tensión arterial, se mide la fuerza con la que fluye la sangre a través de las arterias.
Hay dos tipos:
Cuando se toma la tensión arterial, se mide la fuerza con la que fluye la sangre a través de las arterias.
Hay dos tipos:
- En el momento que el corazón contrae su ventrículo izquierdo, ejerce una elevada presión sobre las paredes de las arterias, que se denomina presión sistólica (PAS) o máxima. Sus valores normales oscilan entre 120 y 140 mmHg.
- En segundo lugar, cuando el corazón se relaja, entre cada contracción la presión arterial disminuye. Esta presión se conoce como presión diastólica (PAD) o mínima. Sus valores normales oscilan entre 60 u 90 mmHg.
Alteraciones más frecuentes
Los valores de la tensión arterial varían mucho según la edad del individuo. En bebés la presión oscila entre 50 y 80 mmHg, en niños entre 80 y 100 mmHg.
Todos los valores normales de la tensión arterial pueden verse afectados por factores como el estrés, el ejercicio físico, patologías… y esto puede provocar hipertensión e hipotensión.
Cuando no disponemos de instrumentos para medir la tensión arterial en un paciente, debemos localizar el pulso radial y el carotídeo. Según estén o no presentes, obtendremos unos datos orientativos.
- Si detectamos pulso radial, la tensión arterial máxima es superior a 80 mmHg.
- Si detectamos pulso carotídeo, la tensión arterial máxima es mayor a 60 mmHg.
D) Temperatura
Es el grado de calor que tiene el cuerpo, como consecuencia del equilibrio entre el calor generado por los mecanismos de producción de calor y el calor perdido por el organismo.Los mecanismos de producción de calor son algunos como la actividad muscular o el metabolismo energético.
La temperatura varía en relación con la hora del día, siendo más baja por la mañana, y con la temperatura ambiente. También influyen factores como algunas características fisiológicas propias de la edad (la regulación térmica se ve ralentizada en ancianos) y la influencia hormonal.
Alteraciones más frecuentes
Las alteraciones de la temperatura pueden tener su origen en muchos motivos, y se clasifican en:
- Hipertermia, fiebre o pirexia: aumento de la temperatura por encima de los valores normales. Cuando sobrepasa los 40°C se pueden producir problemas en el SNC. Dentro de la hipertermia podemos distinguir:
- Febrícula: 37.1 a 37.9°C
- Fiebre ligera: 38 a 38.4°C
- Fiebre moderada: 38.5 a 39.4°C
- Fiebre alta: 39.5 a 40.4°C
- Fiebre muy alta: más de 40.5°C
- Hipotermia: cuando la temperatura es demasiado baja, llegando a ser peligrosa cuando es inferior a 35°C
E) Valoración inicial y protocolo de exploración
VALORACIÓN PRIMARIA
- Valoración del nivel de conciencia.
- Comprobación de la ventilación:
- Si la victima está consciente; es decir, responde a estímulos, pasamos a valorar el estado respiratorio (inspiración-espiración). Para poder hacerlo comprobaremos si ventila observando el movimiento del tórax y escuchando la salida y entrada del aire, además de sentir la salida de este (VER-OIR-SENTIR). Si concluimos que la permeabilidad es adecuada no continuamos explorando los signos vitales y pasamos a realizar otras exploraciones según la situación.
- Si la víctima, en cambio, no está consciente (no contesta) o no ventila (no hay permeabilidad adecuada) tendremos que utilizar la maniobra frente mentón. Teniendo especial cuidado en pacientes afectados por traumatismos y lesiones a nivel superior de la clavícula, si se considera una posible lesión cervical… En dichos casos es más adecuado actuar mediante la tracción de la mandíbula, que inmoviliza la columna cervical y permite abrir igual las vías aéreas.
- Búsqueda de hemorragias: Después de un resultado positivo en la exploración de las constantes vitales y de la ventilación, se procede a buscar posibles heridas con abundante sangrado, actuando en consecuencia, según la situación y continuando con la valoración secundaria. En cualquier caso se sigue controlando de forma continuada la ventilación.
VALORACIÓN SECUNDARIA
Es aquella que se lleva a cabo cuando se comprueba que la víctima no presenta ninguna alteración que afecte a las dos situaciones anteriores, ni a la ventilación ni a la circulación.
Al comprobar en la valoración primaria que la víctima respira y tiene pulso debemos:
- Tratar de averiguar lo sucedido.
- Realizar una exploración neurológica o de nivel de consciencia.
- Comprobar el estado de las pupilas, las constantes vitales y el relleno capilar.
- Efectuar un examen de la cabeza a los pies con el fin de localizar lesiones.
* para ampliar tema: Primeros Auxilios
- Acercamiento y búsqueda de información: Siguiendo el protocolo esta fase consiste en intentar averiguar cómo se ha producido el accidente y si la victima ha sido atendida con anterioridad. Entonces:
- Nos colocaremos próximos a víctima, a su lado y de rodillas, de tal forma que ella nos vea, poniendo la mano sobre su cuerpo (ej en hombro) para transmitirle seguridad, calma y poder obtener información.
- Le preguntaremos en primer lugar su nombre por dos razones, para la valoración en si y como acercamiento personal, porque de esta manera aumentamos considerablemente su confianza.
- Tal y como sea posible; intentaremos obtener información acerca de sus antecedentes personales y su historial clínico, concretamente para saber si sufre algún tipo de alergia o está bajo tratamiento de algún tipo.
- Le informaremos sobre qué es lo que vamos a hacer y le diremos que tenemos experiencia en estas circunstancias para seguir transmitiéndole confianza y tranquilidad.
- OPUMA regla para la valoración de antecedentes válida solo en víctimas en estado consciente y en estado de alerta, o si no es el caso se hará por medio de familiares o acompañantes. Consiste en averiguar los aspectos siguientes:
- O: Obtener información sobre qué ha ocurrido.
- P: Antecedentes Personales.
- U: Última ingesta de sólidos o líquidos (tipo y hora).
- M: Medicación que toma de forma habitual.
- A: Si padece Alergias.
- Exploración neurológica: Se hace para valorar el grado de consciencia y el estado neurológico del accidentado. Se aplica aquí la escala ADVN (incluye 4 grados):
- A: Alerta, la víctima responde a todos los estímulos - consciente.
- V: Responde a estímulos Verbales (llamar en voz alta) - inconsciente.
- D: Responde a estímulos Dolorosos (no responde a la voz)- inconsciente.
- N: No hay respuesta: ninguna reacción - inconsciente.
- Comprobación de las pupilas:
- Tener en cuenta los siguientes signos (características):
- Tamaño: si están contraídas, hay miosis; si están dilatas, midriasis.
- Reactividad: depende de si reaccionan a la luz, reactivas, o si no lo hacen, arreactivas.
- Simetría: cuando la dilatación de las pupilas es del mismo tamaño en los dos ojos se habla de isocoria, pero si tienen asimetría en cuanto a los distintos grados de dilatación unilateral, se trata de anisocoria.
- Comprobación de la respiración: En la valoración primaria ya habíamos comprobado que ventila, así en la secundaria pasaremos a valorar aspectos como:
- Ritmo: regular o irregular.
- Profundidad: superficial, profunda…
- Frecuencia: según constantes vitales (12-16 resp/min).
- Comprobación de pulso: Comprobando el pulso a nivel central sobre la arteria carótida. Posteriormente se tomarán otros pulsos como el radial, pedal… pero con un objetivo distinto. Tendremos en cuenta aquí:
- Frecuencia: pulsaciones/min (ppm).
- Ritmo: regular (latidos a intervalos iguales) o irregulares (al contrario, irregulares).
- Amplitud: mide la oscilación de la presión en las arterias (amplia, débil…).
- Toma de temperatura. Colocaremos el dorso de nuestra mano sobre la frente para percibir cualquier diferencia apreciable y poder comprobar si hay hipotermia o hipertermia. Para medir la temperatura con exactitud usaremos un termómetro clínico colocándolo sobre la zona más adecuada para la víctima.
- Comprobación del relleno capilar. El relleno capilar es el tiempo que transcurre desde que los capilares son comprimidos (con aparición de palidez) hasta que recuperan el paso de sangre (con recuperación de la coloración normal). Para comprobar el relleno capilar se presionan zonas como el lóbulo de la oreja, el lecho ungueal (uña) o la eminencia tenar. Como máximo, aparecerá la coloración normal a los dos segundos de haber presionado la zona; si se tarda más de dos segundos podrá haber indicio de shock, deshidratación o hipotermia.
- Exploración del cuerpo de la víctima (de cabeza a pies). Para ello tenemos que mover y descubrir zonas corporales de la víctima, observando su estado mediante:
- Inspección: mediante la vista detectaremos hemorragias, deformidades anatómicas…
- Palpación: palpando con las manos para apreciar fracturas óseas, pulsos…
- Cabeza y cuello
- Palpación del cráneo: en busca de sangrado, hematomas, depresiones (indicio de fractura) y lesiones oculares.
- A nivel cervical habrá que tener cuidado en la movilización, por si hay lesiones que puedan afectar a la médula y vigilar la presencia de sangre en la boca, ojos, nariz u oídos.
- Tórax y abdomen
- Buscar indicios de traumatismos costales ( frecuencia)
- Posibles objetos incrustados.
- En el abdomen podemos encontrar rigidez.
- Palpar la zona lumbar y las caderas para encontrar zonas dolorosas o deformidades compatibles con una fractura pélvica.
- Miembros superiores e inferiores
- Comprobar movimientos de flexión y extensión en el brazo y en las piernas. También la presión que puedan ejercer.
- Según el tipo de accidente valoraremos posibles signos de lesiones medulares.
- Evaluar el pulso en las arterias radial y pedia. (La ausencia de circulación indica una fractura o luxación ósea).
No hay comentarios:
Publicar un comentario